¡Qué hartera lo que nos espera! Y luego existe reclamo por el desinterés por lo político. ¿Por qué la gente es tan apática, por qué no participan en los procesos, por qué les da lo mismo 8 que 80? Empieza la campaña para las elecciones y en todos los escenarios políticos, la pelea manda la parada. Pareciera que la marca de la política moderna es no soportar la diferencia y “entrar a demoler” cuando no piensan o actúan como yo creo. La rabia, el odio, el lenguaje soez, el resentimiento, las cuentas de cobro, el desprecio, la humillación, la crítica, todo unido intentando dizque hacer mejor sociedad. ¿Cómo creer? Es como si empezaras un proceso de desintoxicación alimenticia y te fueras a la basura a buscar qué comer. Entonces… sí realmente quieren mejores sociedades, demuéstrenlo. No sólo es la carreta de lo que prometen. En los avatares de lo cotidiano se muestra la verdadera esencia, no en la teoría “corregida y aumentada” por marketing y publicistas.

Fue desafortunada la intervención de Alberto Hadad en la reunión de Diana Rojas, porque no era el espacio para decirlo, lo que no significa que no lo pudiera decir. Asumiendo las consecuencias dijo lo que creyó. Sin embargo, no fue grosero. Diana Rojas habla de “patán”, lo que es un juicio exagerado y descalificador. Dar una opinión nunca ni jamás puede reprocharse como errónea porque quien la escucha, no la comporta. La candidata Rojas está mostrando una faceta contraproducente, como si estuviera con los guantes puestos. Le pueden molestar muchas situaciones, pero no puede ser tan susceptible de descalificarlas porque no concuerden con su pensamiento. Qué hartera un candidato o candidata que crea que gobernar es ponerse los guantes para defender sus ideas o sus acciones. Ya confrontó a Catalina Ortiz porque “no hizo lo correcto”. Pero hasta cuándo se espera que todos piensen y actúen como yo creo. El arte de gobernar es el arte de la conciliación y no de la igualdad. Tampoco fue un acto contra la mujer, esa es una interpretación que puede obedecer mas, repito, a excesiva susceptibilidad, donde lo diferente se percibe agresivo o se toma muy personal. Y en un candidato no puede pasarse probando su fuerza y no sus ideas.

El que exista la posibilidad de que una mujer, (energía femenina) gobierne, significa que debe percibirse un aire diferente donde la confrontación no sea lo que marque el libreto, porque si algo tiene la energía masculina es el gusto por el enfrentamiento, por demostraciones de quien gana, quien es el mas fuerte. La energía femenina está signada por la conciliación y la tolerancia que no significa sumisión, pero tampoco vivir a la defensiva. Y esta energía es la que requiere a gritos el mundo, la sociedad, los Medios, el Congreso, los de los trapos del América, los hinchas, todos. Nos vamos a destruir porque no nos toleramos. Esa necesidad de ganar y de aplastar, es el veneno con que nos alimentamos. ¿Cómo pretender realizar campañas de salud mental cuando inyectamos dosis excesivas de odio y violencia a través de quienes deberían servir de modelo? ¿Somos tan ilusos de creer que una comunidad intentara conciliar cuando sus “maestros” políticos les venden la idea de que solo peleando y descalificando es como se sobrevive? Bajen los guantes no más política de alcantarilla.

Gloria H. @GloriaHRevolturas

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